ANTES DEL
CONFLICTO: NUESTRA FUNCIÓN PEDAGÓGICA COMO PRECEPTORES
En relación
al antes, resulta importante no minimizar los pedidos de ayuda de los
estudiantes para resolver conflictos; por el contrario, demostrar una
actitud activa y de escucha tranquiliza
a quien la solicitó y posibilita el uso de la palabra y de los criterios de la
persona adulta en la resolución de los conflictos.
Sabemos
que estos pedidos de ayuda pueden ser explícitos o implícitos y es central el
rol de preceptor para identificar esas situaciones previas sobre las cuales se
puede actuar en forma preactiva, es decir proponiendo acciones, actividades que
atiendan esos pedidos de atención específica que transmiten los jóvenes así
como disuadan tensiones en la convivencia escolar.
Una de
las mayores riquezas que ofrece la escuela es la posibilidad de un encuentro
abierto con los pares que supere las relaciones enfocadas exclusivamente en los
“parecidos”. En la homogeneidad solo encontraremos disciplina, rutina y
ausencia de respuestas a lo inesperado. El
desafío es poder convivir en la heterogeneidad, en una escuela de y para todos.
Les
propongo observar con atención el siguiente video, en el que adultos y jóvenes
de una escuela de la provincia de Mendoza explican las actividades
participativas que llevan adelante como estrategia para prevenir situaciones
conflictivas en la institución Construyendo la convivencia entre todos
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