19 noviembre 2015

IDENTIFICACION TEMPRANA DE PROBLEMATICAS COMPLEJAS

La mirada y la escucha resultan cruciales para identificar tempranamente situaciones que podrían comprometer la escolaridad de los jóvenes. Si bien generalmente, intervenimos cuando alguno de nuestros estudiantes atraviesan situaciones complejas que ya están lo suficientemente avanzadas como para comprometer su escolaridad, también tenemos la posibilidad de prevenir este tipo de situaciones actuando antes de que sucedan. Para ello es muy importante estar atentos ante determinados indicadores que podrían alertarnos acerca de algunas situaciones que merezca una investigación institucional concreta. 
En este sentido, debemos prestar especial  atención a situaciones tales como relaciones o noviazgos violentos, embarazos, sobre carga de responsabilidades en el hogar, crisis familiares, largas jornadas de trabajo, dificultades para relacionarse con sus pares y/o docentes, conflictos o situaciones de violencias recurrentes, trastornos alimenticios, situaciones de conflicto en el sistema penal, problema de adicciones, llegadas tardes o inasistencias reiteradas, bajas notas, entre muchas otras.
Para ello, contamos con ciertas herramientas tales como el control de asistencia, las planillas de calificaciones, los boletines, los cuadernos de comunicaciones, los cuadernos de convivencia cuyo seguimiento cotidiano y sistemático nos permitirá identificar tempranamente situaciones que comprometan la trayectoria escolar de nuestros jóvenes.  A su vez, espacios tales como los recreos o las “horas libres” constituyen excelente oportunidades para interactuar y conversar con ellos. Aquí resulta indispensable la construcción de un vínculo asimétrico a la vez que cercano con los estudiantes desde nuestro rol de adultos, que debe estar marcado por la confianza, la firmeza, la sensibilidad y el afecto.


INVOLUCRAMIENTO CON EL PROYECTO INSTITUCIONAL DE LA ESCUELA
También es crucial nuestro involucramiento activo en la construcción y puesta en marcha del proyecto institucional de nuestra escuela. En este sentido contamos con la posibilidad de proponer espacios, herramientas y dispositivos a partir de nuestro diagnostico respecto de las necesidades, potencialidades e intereses de los estudiantes.
Asimismo, es indispensable mantener un contacto fluido y cotidiano con los directivos, el equipo de orientación (si hubiere en la escuela), los profesores, y los tutores de cada curso a los fines de acordar diagnósticos y criterios de intervención ante situaciones especificas, debemos ser capaces de construir acuerdos y diseñar colectivamente estrategias de promoción, de prevención y dispositivos de intervención.

EL CONTACTO CON LAS FAMILIAS
Somos una pieza clave en la construcción del vínculo entre las familias y la escuela.
En este sentido, el establecimiento de un contacto fluido con los familiares o responsables a cargo puede potenciar enormemente los esfuerzos que todos realizamos para acompañar a los jóvenes en su tránsito por la escuela. Es importante entonces que la información circule en ambos sentidos, de modo que además de comunicarles todo lo relativo a su desempeño académico y su desenvolvimiento social, prestemos especial atención a toda aquella información que ellos puedan brindarnos acerca de la situación familiar, laboral, afectiva o social de los estudiantes.

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